viernes, 23 de marzo de 2012

Imposibilidad del cálculo económico en el Socialismo y en el Comunismo

El sistema Capitalista es siempre la mejor llave hacia el progreso. Un progreso individual y colectivo, pero sin duda un progreso libre. El manifiesto de la libertad individual por encima de todo. No sin ella, los seres humanos únicos pueden establecer medidas de eficiencia. La imposibilidad del cálculo económico en el Socialismo o en el Comunismo está  demostrada a niveles teóricos-prácticos:

-Con la caída del muro de Berlín a finales de los años 80. (que nos han dado obras faraónicas como el Metro de Moscú, gran ejemplo de asignaciones equívocas de recursos, mientras debían importar cereales del exterior realizaban un transporte subterráneo con amplias muestras de riqueza).

-Con el hundimiento de economías como la Cubana, la Norcoreana (mirar foto captada por la Nasa abajo) o la dependencia política de la economía comunista China para mantener sus niveles de productividad, en la que la vulnerabilidad de los derechos humanos están a la orden del día (bajos salarios, pésimas condiciones de trabajo etc). De ahí que mantengan ese alto nivel de productividad (no sin olvidar las virtudes asiáticas en torno al ahorro, una de las bases del capitalismo) un punto positivo sin el cual no sería posible el crecimiento Chino en los últimos años. Una virtud que no es del todo aprovechada, el potencial Chino puede ser aún mayor pero la dictadura comunista a la que se somete el país le hace no expresar todo ese potencial.

-Como os hemos comentado arriba os dejamos unos ejemplos visuales de lo que estamos comentando.

Panorámica de uno de los pasillos principales del Metro de Moscú

Bajada de las escaleras del metro de Moscú
Fotografía nocturna captada por la NASA en la que se aprecia el contraste entre la inexistencia de alumbrado en Corea del Norte, con la gran iluminación de su vecina Sur Coreana.

El estado debe existir para velar por el mantenimiento de unas condiciones mínimas legales. Para defender los derechos las obligaciones y los deberes de los ciudadanos. Pero nunca debe ir más allá de ello. La gestión eficiente del sector privado debe garantizarse en todas las ramas del sistema. La crítica a este tipo de políticas económicas liberales (que se les llama así, pero para nosotros estrictamente es economía, pues solo existe esa dirección hacia la riqueza real económicamente hablando) viene del lado de las continuas crisis que llevándolas a cabo estas producen. Pues bien no nos cansaremos de citar nuestra teoría. La elevadas expansiones crediticias artificiales de los bancos centrales nos llevan a un descalce en las inversiones convenientes de los mercados. Los créditos bajo garantía estatal deben desaparecer (excepto los bonos de deuda, aunque deben imponerse límites a los mismos) y no solo por el incremento de los déficitis de los mismos sino por el altro grado de arbitrariedad que posan en dichos créditos concediéndose  bajo criterios alejados del mercados resulta imposible de otorgar "al mejor postor".

 Un estado debe garantizar la posibilidad tan igual hacia una persona de la obtención del crédito como la de otra persona es decir no poner a uno trabas y a otro no. Pero el estado nunca debe llevar a que todos seamos iguales intentando dar créditos, subvenciones o ayudas desde principios de planificador económico fuera del mercado. Se trata de que el estado garantice   igualdad de oportunidades para los miembros pertenecientes a la nación que el gobierno de turno dirija.

En esta crisis no había un mercado libre hipotecario. El poder era de los mercados. Unos mercados más cerca del poder político que de la libertad económica y de la equidad de partida de los miembros que operaban en él. Debemos tener unos mercados de tal forma que desde el principio tengamos la misma oportunidad para operar en él, siendo las únicas restricciones de acceso al mismo la eficiencia de los pertenecientes al mismo. Eficiencia reflejada en los resultados que les reportan sus clientes, que son al fin y al cabo quien día a día muestran libremente sus preferencias.

Sin embargo durante los últimos años y décadas existía un mercado respaldado por los estados. Ya que en ningún momento los agentes económicos actuaban con el 100% del riesgo sobre ello. No es problema de los métodos de titularización (que también) sino de los respaldos gubernamentales sobre los mismos que terminaron por propiciarlos. El riesgo era 0 de ahí que los métodos de titularización aplicados a las subprime fueran tales.  No hubiesen existido sin tal garantía. Pues directamente las inversiones tendrían un riesgo casi del 100%. Excluyendo los posibles beneficios derivados de la burbuja inmobiliaria y los continuos incrementos en los precios de los pisos por la misma, los riesgos serían del 100%.

Por lo tanto una vez más queda demostrado que el dirigismo económico genera irremediablemente problemas en las asignaciones de recursos que desvirtúan la economía real y sostenible a largo plazo. La imposibilidad del socialismo y del comunismo queda demostrada una vez más. Y aunque hoy día no veamos un socialismo o un comunismo reflejado en nuestra sociedad occidental (salvo ligeras excepciones en otros países y otras latitudes) la reminiscencia del mismo si se refleja en muchas de estas políticas estatales de regulación excesiva de cierto mercados volviéndolos del todo eficientes y alejados de la auto-regulación que se dan para si mismo sus integrantes (excluyendo las prácticas abusivas que por su puesto deben tipificarse en la ley y deben ser penadas)

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